Para dificultar aún más el proceso, se aplica al texto original una serie de sustituciones y permutaciones sucesivas.
Durante la segunda guerra mundial, los ejércitos combatientes utilizaron unas máquinas, precursoras de los ordenadores, que realizaban complejos procesos de sustitución y permutación. Es bien conocido el caso de la máquina “Enigma” que utilizó el ejército alemán sin darse cuenta que los aliados eran capaces de descifrar todos sus mensajes.
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